Los premios (o refuerzos positivos) son una herramienta extraordinaria a la hora de educar/adiestrar a nuestro perro, pero para que sean eficaces hay que administrarlos correctamente, para empezar habría que distinguir que son premios para nuestro perro.
Cualquier tipo de atención, incluso la negativa, puede ser un "premio" para nuestro perro, por lo tanto deberíamos reforzar siempre las conductas que nos agraden aunque solo sea con una palabra amable o una caricia al perro y dejar que el perro vaya seleccionando sus comportamientos, ignorando al perro (dentro de lo responsablemente posible) cuando su comportamiento no nos agrade, el perro asocia la atención/recompensa/caricias con el comportamiento previo; hay que hacerlo en el momento justo en el que el perro esta presentando el comportamiento que queremos potenciar.
por ejemplo:
si acariciamos a nuestro perro para tranquilizarlo despues de intentar agredir a otro perro le estamos diciendo que recibe atención y caricias cuando ataca, con lo cual reforzaremos la conducta que le ha "funcionado".
Por otra parte, cualquier cosa que quiera conseguir el perro, puede funcionar como "premio" para reforzar su obediencia, si el perro quiere salir podemos pedir que se siente y espere tranquilo hasta que le ponemos la correa, el perro obtiene su salida y nosotros conseguimos que permanezca quieto para ponerle el collar, además rebajamos la ansiedad del perro por salir.
Los premios pueden ser de muy diversos tipos: comida, caricias, juguetes, etc, según las preferencias del perro podremos obtener mejores resultados con solo obsevar sus gustos, si atiende primero a la comida, a las caricias o a los juguetes nos dará la clave.
Otro pequeño consejo: nunca acariciar a un perro cuando presente un comportamiento no deseado, solo lo reforzaremos, es mejor llamarle la atención, corregirle o ignorarlo depende del caso.
No hay comentarios:
Publicar un comentario