Cuando dos perros se saludan deberían estar siempre en las mismas condiciones, o los dos sueltos o los dos atados y por supuesto, las correas siempre flojas, de esta manera son los perros los que deciden como quieren relacionarse, si uno de ellos no está agusto puede retirarse o gruñir para advertir al otro perro que no es bien recibido, si en estas situaciones mantenemos la tensión en la correa el perro se siente amparado por nuestra presencia y la reacción suele ser negativa, es como si al tirar de la correa, en vez de decirle al perro: "tranquilo, no pasa nada" le estuviésemos diciendo: "cómetelo, yo estoy aquí si se tuerce la cosa".
A la hora de presentar dos perros que no se conocen el proceso debería ser el siguiente:
- Con los perros atados nos acercamos describiendo una curva, NUNCA EN LINEA RECTA, esto es lo que ellos hacen cuando se quieren acercar de manera no invasiva a otro perro.
- A una distancia prudencial observar la reacción de ambos animales, si están tranquilos y muestran interés nos acercaremos más, si no, volveremos a describir la curva o evitaremos la presentación.
- Dejaremos que los perros se saluden y se olfateen teniendo cuidado de que las correas no se enreden, ya que si esto pasa es imposible tirar de ellos para separarles en caso de riña.
Cabe comentar también las ventajas que presentan los arneses sobre los collares, ya que en caso de tener que tirar del perro en una situación crítica, el arnés no resulta lesivo, mientras que el collar puede producir todo tipo de lesiones en el cuello del perro, si no os lo creeis preguntaros por que la gente que trabaja en alturas lleva arnés de seguridad y no collar de seguridad.