Para mí es muy difícil escribir cuando el nudo de la pena ahoga en la garganta, es difícil por que las palabras no sirven de consuelo y las lágrimas asoman sin querer, solo quien ha perdido un amigo comprende lo que se siente cuando las circunstancias arrancan de tu lado a un compañero fiel que te ha brindado su cariño y su compañía de manera incondicional durante años.
Ahora solo queda conservar en la memoria los buenos ratos, los juegos, el cariño y todos esos besos que tanto le gustaba dar, quedarse con eso y no perderlo nunca, es la manera de que siga de algún modo con nosotros.
Doro, allí donde estés, me consta que te acompaña el cariño de muchos dueños y sus perros, especialmente de quien tú ya sabes, hasta siempre rubita.